NUEVO PRESIDENTE, NUEVA ESPERANZA PARA
EL CAMPO
Jorge Vázquez Gómez
Felicito al maestro
Jaime Llaven M. por su designación como director de la Facultad de Ciencias
Agronómicas, seguro que tendrá grandes logros durante su gestión.
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Si
bien la agricultura ya venía en declive particularmente en el periodo del Dr.
Ernesto Zedillo tal como precisa el Dr. Manuel R. Villa Issa en su libro “Que
hacemos con el campo mexicano” de reciente publicación, tal abandono al agro se
acentuó (y esperamos que haya tocado fondo) durante la docena trágica de Vicente
Fox y Felipe Calderón, 12 años de desaciertos que han hundido al sector
agropecuario a niveles preocupantes. Esto se ilustra con el maíz, de importar 3
millones de toneladas anuales en 1999, hoy son 12 millones y se presagia llegar
a los 15 millones hacia 2015 si no se corrigen los errores, mentiras y malas
políticas aplicadas. Y de importar hacia la década de los 90´s el 34% de los
alimentos que consumimos hoy ronda el 45%.
Por
si esto no bastara, la docena trágica pasará a la historia de la noche negra de
la agricultura nacional por la autorización en la siembra de maíz transgénico
donde nombres como Francisco Mayorga ex de SAGARPA y Juan Elvira, ex de SEMARNAT
entre otros, deberán gravarse en todas las piedras del campo y en la mente de
las futuras generaciones de productores, para que nunca se olvide quienes fueron
los principales causantes de exponer al maíz criollo a su extinción y dejar en
mano de las transnacionales todo el control de la producción futura de este
alimento base de la dieta de los mexicanos y condenar a los cultivadores a
comprar de por vida la semilla para producir su alimento, ya que su cosecha
será infértil y transgénica.
LA ESPERANZA
Ante
la llegada del presidente E. Peña Nieto, se renuevan las esperanzas de que se
tomen mejores decisiones, se corrijan los desaciertos y se eliminen la
incapacidad de los funcionarios pasados, particularmente del campo, una de los sectores mas dañados.
La
designación del Lic. Enrique Martínez M., un economista frente a SAGARPA
siembra dudas, pero el haber impartido cátedra en una escuela agrícola da la
esperanza que designe colaboradores conocedores del campo que den soluciones
eficaces. Aquí esperamos lleguen los mejores agrónomos del país que los hay y
muy buenos.
Los
cuales tienen que ser llamados para integrarse a SAGARPA que en conjunto
realicen las acciones necesarias aplicar mejores políticas y programa que
reactiven al campo y lo impulsen a horizontes tal como lo exige la situación
actual y futura.
México
no puede seguir siendo dependiente, en su alimentación de otros países, porque
se ha vuelto muy vulnerable de las decisiones y condiciones que imponen las
naciones y hasta compañías que son exportadoras y controlan el comercio mundial
agropecuario.
QUE REQUIERE EL AGRO
NACIONAL
Las
primeras acciones prioritarias y pertinentes que requiere el agro nacional (por
ahora solo abordaré seis):
1.Reactivar
la producción, productividad y competitividad del campo. Esto es posible porque
tenemos tierras, climas, productores y tecnologías requeridas para lograrlo.
2.Recuperar
la autosuficiencia, soberanía y seguridad agroalimentaria, que hoy nos tiene de
rodillas ante países que nos abastecen.
Además, ante el difícil panorama que se está viviendo con
la escasez y encarecimiento de los alimentos, en especial los productos básicos,
en el mercado mundial y que se presagia seguirán incrementándose.
3.Definir
mejores políticas y programas que verdaderamente impulsen la mejoría
agropecuaria y el ingreso de los productores. Y que el acceso a estos
beneficios sean con agilidad y sin tantos requisitos que los campesinos del
país difícilmente los pueden cumplir. Actualmente tal parece que las exigencias
solicitadas son para no entregarles los subsidios a esos pequeños campesinos
pobres, minifundistas y casi analfabetas pero que representan el 90% de los
labradores del campo nacional. Además estos programas deben ser regionales y
distintos entre la agricultura comercial y la pequeña producción tradicional.
4.Rescatar
el servicio de asistencia técnica comunitaria y permanente, donde el agrónomo
sea el responsable de la transferencia y adopción de mejores tecnologías y de
la producción, con capacitación adecuada para brindar con eficacia el
extensionismo, la capacitación y organización de productores para la producción
y comercialización. El modelo de asistencia técnica impulsada por el Inca Rural
ahora enmascarado como Instituto de Desarrollo de Capacidades, integrando diversos
profesionistas (economista, sociólogos, contadores, abogados, etc.) donde están
en minoría los agrónomos, zootecnistas y veterinarios ha sido un fracaso total
al menos en la zona sur-sureste del país con campesinos minifundistas,
tradicionalistas, empobrecidos y baja escolaridad. Donde se ubican las mejores
tierras del país de temporal y alto potencial de riego, como Chiapas, Tabasco,
Veracruz, entre otros estados, con abundantes agua, todavía.
5.Cancelar
la autorización de la siembra de maíces transgénicos, por el alto riesgo de
contaminación a maíces criollos y su desaparición como razas puras. Además, la
existencia del gen terminator que hace estéril al grano de maíz, lo llevará mas
temprano que tarde a hacer estéril al maíz de los productores y condenarlos de
por vida a comprar de las transnacionales dueñas de la tecnología, la semilla
fértil para producir sus alimentos.
Este gen esterilizador hoy funciona en maíz y pronto
estará en frijol, trigo, soya, sorgo y otros granos, base de la alimentación humana
y pecuaria del país y del mundo. Gen que por ahora lo tienen escondido, pero
cuando así lo decidan lo pondrán en los cultivos claves del mundo.
6.Impulsar
la investigación agrícola, apoyando con más recursos a las instituciones que
generan las tecnologías, forman a los profesionales del campo, los
investigadores y los extensionistas.
Aquí, convenir con las escuelas de agricultura para
formar mejores agrónomos que sepan producir, generar o adaptar sus tecnologías
y que dominen el extensionismo, la capacitación y dar más recursos a estos centros
de formación de investigadores y de tecnologías, apoyarlos para que tengan más
autonomía y no dependan solo del CONACyT, cuyos objetivos no siempre son los
que requiere el campo.
También enviar a los mejores estudiantes a
cursar posgrado en la excelencia extranjera e incrementar el número de expertos
en diversas áreas en forma planificada (y no por ocurrencias del estudiante).
Basta señalar que mientras Brasil forma cada año a 12000 doctorados, México
solo 2000.
Mientras la FAO y los países desarrollados recomiendan
impulsar a los Institutos de Investigación de cada país, en México se está
reduciendo, porque los funcionarios del pasado adoptaron el criterio que era
mejor importar que producir, incluyendo las tecnologías hechas para otras
condiciones agroclimáticas y socioeconómicas de sus productores.
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