lunes, 8 de abril de 2013


BENEFICIOS Y RIESGOS DE LOS TRANSGÉNICOS, SEÑALADOS POR INVESTIGADORES Y EXPERTOS
Jorge Vázquez Gómez


Es totalmente aceptado que para entender un tema a cabalidad, debe conocerse y analizar los pros y contras y a partir del cual se fija su posición. Y aún definida, siempre se debe estar abierto a valorar otras opiniones distintas y hasta contrarias. Esto fortalece el criterio al respecto.

En este sentido expongo dos criterios diferentes sobre los cultivos transgénicos para que consolide su conocimiento y postura.

Leí el libro del Dr. Victor M. Villalobos A; “LOS TRANSGÉNICOS. OPORTUNIDADES Y AMENAZAS”, 2008, una excelente publicación escrita por un experto que además ocupó elevada responsabilidad en la SAGARPA en el sexenio pasado. Y de esta obra extraigo integro, el prólogo, que por su interés y actualidad lo comparto.

El prólogo, escrito por el Dr. Norman Borlaug, Premio nobel de la paz, 1970 y creador de la Revolución Verde que tanto beneficio llevó al combate al hambre del mundo al producir las variedades enanas de trigo más rendidoras y resistentes a las plagas usuales en los países que lo cultivan. Esta experiencia y tecnología exitosa se aplicó luego para el arroz, maíz, sorgo y otros cereales que han mejorado notablemente el abasto de granos alimenticios y forrajeros.

LOS BENEFICIOS

El Dr. Borlaug, señala:

En la sociedad siempre han existido aquellos que se resisten al cambio y prefieren idealizar de manera romántica el pasado. En lo que se refiere a los cultivos transgénicos sin embargo, la intensidad de los ataques contra ellos, recibidos muchas veces de manera sorpresiva, no tiene precedente considerando los potenciales beneficios que la citada tecnología puede traer al ambiente, al reducirse el uso de pesticidas. Tan solo el uso de gen Bacillus thuringiensis (Bt) en algodón, ha disminuido el uso de insecticidas en más de 30 000 toneladas al año y evitado que miles de productores, así como incontable número de especies, sean víctimas del envenenamiento.

La ingeniería genética aplicada a los cultivos agrícolas (diseño de plantas a nivel molecular) no puede concebirse como un fenómeno derivado de fuerzas malignas o producto de alguna “brujería”, sino que, por el contrario, es una muestra del control progresivo de las fuerzas de la naturaleza, en beneficio de la alimentación para la raza humana. La tecnología de los cultivos transgénicos es increíblemente segura y la idea de que su uso, así como el de otras nuevas debe ser prohibida hasta que se demuestre de manera concluyente que estas no pueden causar daño, es irreal y poco juiciosa. Los avances científicos siempre implican algún riesgo de resultados no esperados, por lo que cualquier avance tecnológico, es prácticamente imposible de comprobar. ¡Baste imaginar los primeros diez años de la aviación sin fatalidades!

Hace diez años la Bioseguridad podía presentarse como un tema interesante; hoy es un argumento imprescindible que ha demostrado que no existe evidencia creíble de daño a la salud humana en ese período, durante el cual esta tecnología ha sido ampliamente aplicada y en donde las variedades actuales de cultivos transgénicos que ayudan en el control de insectos y malezas, están reduciendo los costos de producción y aumentando los rendimientos de las cosechas (los cultivos transgénicos se cultivan ahora en más de 102 millones de hectáreas).

Los productos transgénicos del futuro probablemente contendrán modificaciones que mejoraran la nutrición y la salud, ayudarán a incrementar el rendimiento en condiciones de sequía y de altas o bajas temperaturas y permitirán a las plantas acceder y aprovechar de una manera más eficiente los nutrientes. Todas estas tecnologías tienen más beneficios que ofrecer a la sociedad en general, así como a los campesinos y consumidores de menor ingreso.

La inútil confrontación de algunos consumidores en contra del uso de las tecnologías de cultivos transgénicos en países de la OCDE (incluyendo México) hubiera podido evitarse si más gente hubiera recibido una mejor educación en ciencias biológicas. Esa brecha educativa (la cual ha tenido como resultado una creciente y preocupante ignorancia sobre los retos y las complejidades de los sistemas agrícolas y alimentarios), necesita ser atendida sin dilación.

Las sociedades privilegiadas tienen la posibilidad de adoptar medidas restrictivas en el tema de los cultivos transgénicos, aun cuando más adelante esta acción pudiera serles contraproducente. Pero la gran mayoría de la humanidad, incluyendo a las víctimas hambrientas de las guerras, de desastres naturales y de crisis económicas, no puede darse el lujo de actuar de igual manera.

Sin un suministro adecuado de alimentos a precios accesibles, no podemos esperar alcanzar un mundo con salud, prosperidad y paz en el siglo XXI. Muy posiblemente en los próximos 50 años los productores agrícolas, pecuarios y pesqueros del mundo tendrán que incrementar la oferta alimentaria mundial en 75% y lograr este formidable reto con base en recursos que se reducen cada vez más. Para alcanzarlo y especialmente para ayudar a los pobres del mundo y a los que no tienen garantizada una seguridad alimentaria, necesitamos a la Biotecnología, cuyo uso responsable no puede ser considerado enemigo de la población, como si lo son, en cambio, la pobreza y el hambre.

LOS RIESGOS Y TEMORES

Al respecto, Teitel y Wilson (2000), en su libro: “ALIMENTOS GENÉTICAMENTE MODIFICADOS. CAMBIANDO LA NATURALEZA DE LA NATURALEZA”, hacen la siguiente reflexión. Imagínese  que una mañana usted se encuentra en un moderno avión comercial, acomodándose  en su asiento mientras que el avión se desliza por la pista. En tanto despega, usted abre el periódico y se entera que los ingenieros están empezando una serie de pruebas en vuelos comerciales para determinar si el nuevo modelo de avión como el que usted se encuentra, es seguro o no.

Esta situación no podría pasar nunca, se dice así mismo, porque los ingenieros aeronáuticos  realizan muchas pruebas antes de comercializar un nuevo avión. ¿Y si no?.

Algo semejante puede suceder cuanto está en su mesa consumiendo productos de origen desconocido con el cual alimenta a su familia y así mismo  y en ese instante escucha en las noticias que se están comercializando nuevos alimentos transgénicos cuyas consecuencias en los humanos nadie sabe.

Pero sucede que algo en lo que confiamos nuestras vidas muchos más a menudo que en los aviones, es en los alimentos que consumimos diariamente que están continuamente siendo rediseñados, modificados produciendo cosechas cuyo contenido no sabemos y cuyos efectos ignoramos aún más.

Y como nuestra suposición del avión no totalmente probado, el alimento alterado genéticamente está siendo introducido secretamente en nuestros mercados y en nuestros hogares, sin la suficiente experiencia en sus efectos, sin avisos, sin etiquetas y sin pasar por las pruebas de seguridad adecuadas que realmente aseguren su total inocuidad.

Mientras comemos estos nuevos alimentos, los científicos independientes apenas están empezando a descubrir pruebas más confiables  para conocer qué tan seguro son en los consumidores, mientras usted y su familia ya lo han ingerido y están expuestos a sus efectos. Puede no pasar nada ¿y si no?.

 

 

 

vazquez_gomezj@hotmail.com                     

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