lunes, 8 de abril de 2013


ING. LUIS TOMAS CERVANTES CABEZA DE VACA COMO ORBITUARIO DE LOS EX CHAPINGUEROS

Ing. Wilfrido Galdámez Toledo.*

 

EN LOS PRIMEROS MESES

DEL INTERNADO MILITAR.

 

En la primera semana del mes de febrero del año 1962. Como en todos los años.  Los alumnos de nuevo ingreso caminan por la larguísima calzada de la carretera México/Texcoco.  Desde la parada de los autobuses hacia el edificio principal de la Escuela Nacional de Agricultura. El frío  cala hasta los huesos en esos días. Viento helado y constante. Mucho más agresivo para los que proceden de regiones cálidas. Entre esos nuevos “pelones” llegaba también—Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca. Sinaloense y ya se decía que era  alumno de reingreso. Porque según el chisme que corría entre las filas de la formación del patio de honor. Que este Sinaloense ya había ingresado en 1961 y por razones no aclaradas. Había causado baja. Reiniciaba la profesión en 1962.

 

EN LOS PRIMEROS AÑOS

 

El instinto de protección de los novatos obligaba siempre a buscar a la paisanada. Los norteños en forma natural, siempre se agrupan. Se integran como paisanitos, bandas y pandillas. O simplemente como amigos casi juramentados. Si tocas a uno se te vienen encima todos juntos.  Por lo regular siempre aceptaban bien a los de otras entidades. Siempre y cuando ellos mandaran y decidieran todo. Sus exquisitas comidas preferidas, su música, léxico, bromas  y costumbres los distinguían de otros. Alegres, dicharacheros y bastante ruidosos. Eran los chapingueros norteños.  

 

Los sureños se comportaban de manera distinta. Huraños, apartados y poco participativos.  A excepción de los escasos y desmadrosos jarochos  y tabasqueños. Los sureños de Oaxaca y Peninsulares coinciden con su música romántica. Se apartaban de todos. Sus reuniones bohemias con su música regional eran solo para ellos. Pero Luis Tomás, convivía con todos los grupos. Así, que  todos, en esa  generación que llegó en 62 lo conocieron. En un internado es casi imposible pasar desapercibido. A esta generación 1962/1968.  El destino ya la había marcado para nunca terminara en su tiempo oficial y reglamentario. En esos años prevalecía un izquierdismo generalizado en la Escuela Nacional de Agricultura. El ambiente decorado por Diego de Rivera. Resultaba irresistible. Los logos dejan huella eterna en jóvenes rurales. Marcaban para siempre. “Explotar la Tierra, no al Hombre”. “Más hondo el surco, más alto el destino”.

 

 En 1962 los movimientos revolucionarios en Chapingo eran puras utopías. Se calificaban como de “izquierda infantil”. Existían otros grupos medio clandestinos como el “Rosa Luxemburgo” con reuniones en el sótano del edificio de Economía Agrícola. Solo se organizaban para correr a un director o directivo con cualquier pretexto. Faltaban todavía seis años para el movimiento estudiantil nacional. Hoy  ya  en estos tiempos. Al repasar las viejas historias y hechos. Probablemente—dicen algunos egresados---  “Chapingo resultó ser la institución educativa de México, con más alta participación y riesgo en el movimiento de 1968. Al final, fue la más afectada dentro de la educación superior de nuestro país.  En 1970 se clausuró el internado militarizado. Surgió la Universidad Autónoma de Chapingo. Acabó entonces y para siempre, el Chapingo Hilton de los pobres y la clase media—“Tal vez debió haber sido lo contrario---mejor transformarse como Universidad Militar---porque la autonomía termina siempre siendo subjetiva”—opina un respetable ex. ¿En que te sustentas colega?---Mira a tu alrededor---“observa la ruina agroalimentaria, la desnutrición y la hambruna  mexicana ya es igual o peor que en cualquier país africano”. “Como agrónomos militarizados es intolerable”—“una afrenta nacional que hay que destruir al precio que sea”—Pero “Como agrónomos universitarios, somos unos más en la suma de todas las ineficiencias”.

 

LUIS TOMAS EN EL

DEPORTE.

 

El promedio de edad para los de nuevo ingreso variaban entre los 16 a 18 años. Muy raro los casos de un “pelón” con 19 o 20 años o mayores. Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca, había cumplido los 21 en el internado—según comentan---sus paisanos Sinaloenses. Corpulento de más de 100 kilos de peso. Voz aguda y medio gangoso al hablar. Algunos norteños Sonorenses como, Gabriel Montoya Arce lo llamaba “chipegua”. Nunca se aclaró el porqué.

 

Luis Tomás llegó en la época más gloriosa del Fut Bol Americano de Chapingo. Los nuevos entrenadores de origen Politécnico. Mike Cervantes Steel y César Luque Salgueiro lograron una hazaña increíble. Hicieron, al equipo de  los “Toros Salvajes”, campeones nacionales en liga Juvenil, Intermedia y liga mayor. En la comunidad estudiantil nacional esto resultó un hecho inaduito.  La UNAM y el Instituto Politécnico Nacional, tenían una población estudiantil en esos años de 50 mil  y mucho más alumnos. La Unam y el Poli, tenían sobrado material físico para seleccionar. En Chapingo, la población de internos para  los siete años de carrera apenas rebasaba los 1,200 en total. El 95% eran de origen provinciano. Estudiantes que en su vida, jamás conocieron un juego o un  balón para jugar fut americano.  El grueso de la población estudiantil, también presentaba claros signos de alimentación deficiente. Fuertes pero demasiado chaparros. Era tan evidente, que en las formaciones de marchas militares. Las dos compañías más numerosas la integraban los “texanos”---preguntamos al militar comandante, el porqué de ese llamativo sobre nombre---“es que son tan chaparros que para orinar usan una teja para no mancharse las botas”. Se burlaban mucho de los sureños.

 

Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca. 110 kilos de peso, ya con equipo puesto. 1.78 de estatura y con prominente torso y cuello,  perteneció a los Toros Salvajes en la liga intermedia. No llegó a liga mayor porque no tenía suficiente carácter agresivo. La decisión agresiva es una de las más importantes facultades que se necesitan en ese deporte. Jugó como “Guard” izquierdo. Siempre sonriente y entusiasta. Tenerlo enfrente en juego o entrenamiento imponía su peso y fortaleza. Pero el solo jugaba. Se divertía y no cometía infracciones. Clásico jugador con nobleza.

 

Luis Tomás Cervantes desde su segundo año. Nunca estuvo de acuerdo con el régimen militarizado del internado chapinguero. Lo objetaba en las asambleas de la sociedad de alumnos. Encabezaba grupos rebeldes contra las tradicionales novatadas. Se convirtió en un decidido protector de pelones. Los de recién ingreso, lo buscaban para que no los novatearan. Su gran peso y estatura dentro el internado militar, decidían la balanza entre “madrear pelones o negociar”.

 

 

CON LOS FORESTALES.

 

En el cuarto año de la carrera para ingeniero agrónomo. Luis Tomás tuvo, como todos. Elegir su futura especialidad. Se inscribió con los forestales. Caso extraño porque sus cuates del alma se inscribieron en Economía Agrícola. Según platican sus colegas generacionales que lo deleitaban mucho los paisajes de arbolados y pretendía conocer la tecnología para conservarlos y para reforestar la madera en forma técnica aprovechando esos recursos como una cosecha cualquiera. Cuando se acercaba la oportunidad de conocer otros países líderes en materia forestal/ambiental. Se le acercaron los compromisos de liderazgo político. Se acercaba también el 68. Platicaban sus colegas forestales que siempre tuvo muchas dificultades con la Dasonometría. La ciencia que se ocupa de la medición de los árboles.  De la determinación del volumen de los bosques y de los crecimientos de los árboles y bosques. Específicamente, sufría con las interpretaciones fotogramétricas aéreas y satelitales y su relación con muy complejos modelos matemáticos.

 

EL LIDERAZGO POLITICO

 

 

Desde 1966 Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca, era totalmente conocido entre los generacionales de esos años. Se le reconocía liderazgo por su calidad moral, ética y congruente actitud. Fácilmente desbancó a los tradicionales líderes de la izquierda en Chapingo. Al “Sami”, “El tigre” y muchos de Economía que viajaban a Chile con el Presidente Allende. Su calidad moral sobrepasó,  inclusive, al máximo líder chapinguero, Aquiles “la monedita” Córdova Morán de Agroindustrias. (actual dirigente absoluto de Antorcha Campesina). A fines del año 1967, Luis Tomás, ya representaba a Chapingo, junto con Taide Aburto ante  los grupos Universitarios y del Politécnico. Organizaba personalmente la presencia del internado en eventos. Los mítines y las marchas. En 1968, ya en el apogeo del movimiento estudiantil. Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca tenía el total apoyo de la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo ante el Consejo Nacional de Huelga. Su representación por la ENA, resultó honrosa e inobjetable.

 

SU CAMINO HACIA EL FINAL.

 

Platicaba a detalle las veces que en el campo militar número uno, sufrió el famoso “cuadro de fusilamiento”.  Se olvidó, como  casi todos los alumnos, que en el internado se firmaba a la entrada la voluntad de renunciar a las leyes civiles y que la ENA pertenecía a un régimen y disciplina militar.

Un 27 de Agosto de 1968 personalmente subió al asta bandera del zócalo la rojinegra del Consejo Nacional de Huelga. No se lo perdonaron jamás. El 27 de septiembre de ese mismo año ingresó preso a Lecumberri. Luis Tomás Cervantes estuvo en prisión hasta el año de 1971. En 1974 el que iba a ser gobernador de Chiapas, Jorge de la Vega Domínguez le dio trabajo en Conasupo. Después trabajó en la Subsecretaría Forestal de la Sarh y fue comisionado a la Selva Lacandona.

En 1974 con su gurú de siempre, Heberto Castillo es fundador del PMT. Sobrevive de maestro en Zacatecas. Finalmente la diabetes lo destruye lentamente. Muere en pobreza. Aun cuando ya era un personaje conocido y respetado internacionalmente. Para los ex de la ENA. Luis Tomás fue un excelente amigo y fraterno. Nunca ambicionó ni poder ni dinero. Para quienes que lo conocimos, el tan solo cumplió bien con nuestros mandatos chapingueros.

Pero muchísimo mejor  lo describe Marcelino Perelló, hace tres días y ante su cadáver. El también líder de la UNAM en el 68—dijo-- “Luis Tomás hizo honor a su imagen: siempre pareció un hombre sincero, honesto, sencillo, y a diferencia de otros, lo fue. La única característica que traicionó a su imagen es que parecía un tipo rudo, pero en realidad era un hombre muy tierno, que siempre daba su lugar a otro. Él fue la efigie más noble del 68.” .

Descansa en paz “chipegua” y hasta pronto. galdameztoledo43@gmail.com *Presidente de la Federación Agronómica del Estado de Chiapas.

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