ARTÍCULO: EL TOMATE MEXICANO EN RIESGO
Jorge Vázquez Gómez
EL TOMATE DE MÉXICO Y SU COMERCIO
Desde hace décadas, el
tomate es uno de los productos agroalimentarios que más se exportan hacia los
Estados Unidos y es base importante como generador de divisas y contribuye al
equilibrio en la balanza comercial con Estados Unidos. Es pues, un cultivo
estratégico para la economía de México por ser gran generador de empleo rural y
de comercio, porque genera comercio al consumir muchos insumos productivos, es
muy rentable y usa tecnología de punta. Es de alto rendimiento y
competitividad. Se da en las zonas productivas de riego del norte y centro del
país. Además, por su menor costo de producción en relación al producto
norteamericano, por su alta calidad del fruto y su inocuidad alimentaria ha
incrementado su demanda en el país vecino.
EL TOMATE NORTEAMERICANO
Estados Unidos es un
enorme mercado insuficiente en tomate, su nivel de importación es grande (un
50%), prácticamente uno de cada dos frutos frescos son de origen mexicano.
EUA tiene una gran
limitación productiva que es el intenso frío invernal que impide su siembra
todo el año. De hecho, todo el territorio de ese país tiene un invierno
riguroso, incluso con nevadas que lo cubren de una capa de nieve toda esa
temporada, con excepción de Florida, Luisiana y sur de Texas.
Y por otro lado, que el
cultivo del tomate es altamente sensible al frío, tanto en la planta como en el
fruto. Por lo tanto solo los estados del sur, principalmente Florida, pueden cultivar
superficies limitadas de tomate y usando invernaderos que conserven el calor
del día durante la noche (no confundir con el uso de malla sombra, que en
Chiapas suelen llamarle, incorrectamente, invernadero).
Ante tal problema,
dicho país se ve obligado a importar tomate exclusivamente de México porque es
el único que produce este fruto todo el año. Canadá es más frío y los otros
países están lejos y llega su producto más caro. Su única salida es México.
Para resolver esta
insuficiencia de nuestro vecino, desde siempre abrió la importación todo el año
del tomate en niveles restringidos, para proteger a sus productores de Florida
y ello lo hizo imponiendo fechas y volúmenes de importación llamadas ventanas.
Donde la más importante, por su mayor volumen de demanda es la ventana de
invierno, cuando entra más fruto mexicano y los tomates de Florida tienen
problemas de comercialización, porque además de producir volumen insuficiente,
elevan mucho sus costos en la protección de su cultivo y ofertan un producto
más caro que el mexicano.
Desde siempre que
Estados Unidos importa tomate, puso severas restricciones a la importación,
pero a partir del TLCAN (Tratado de Libre Comercio con México y Canadá)
flexibilizó su postura, permitió la entrada todo el año en mayores volúmenes y
esto molestó a los productores de Florida y otros estados que siempre se han
opuesto a esto. Así, desde 1996, dos años después de entrado en vigor el TLCAN,
Estados Unidos y México tuvieron un acuerdo permitiendo la entrada de tomate
fijando un precio permanente. Ahora las autoridades del departamento de
agricultura (USDA) y de comercio quieren poner fin al acuerdo suscrito hace 16
años. Una acción que por su puesto no aceptan los productores ni autoridades de
nuestro país.
LOS TOMATES MEXICANOS
Ante el gran consumo de
Norteamérica, los productores del fruto mexicano buscan posicionarse en el
mercado vecino. Para esto mejoraron su tecnología, productividad y calidad del
producto y se volvieron altamente competitivos, ofertando cosechas inocuas y de
gran calidad que tiene demanda en los consumidores norteamericanos, sobre todo
porque venden más barato que su contraparte de aquel país. Esto, como es de
esperar, va en detrimento de los productores vecinos y ello ha ocasionado una
gran presión a las autoridades de Comercio y de Agricultura estadunidense, para
bloquear la entrada masiva del fruto y han recurrido a varias acciones legales
e ilegales.
Desde hace años
acusaron al tomate mexicano de estar contaminado con salmonella que provocó
problemas de salud a los consumidores de aquel país, acusación que fue falsa,
pero en tanto se aclaraba, se restringió el ingreso del tomate por varios
meses.
También recurrieron a
quejas que el producto mexicano se vendía a precios dumping, es decir por
debajo de sus costos de producción, denuncia que no prosperó, pero si afectó la
exportación del fruto.
Ahora insisten en que
se ponga un mayor precio al fruto para que llegue más caro y para ello
necesitan cancelar el citado acuerdo, cosa que están haciendo las autoridades
de EUA. Para evitar esto, los productores y funcionarios de SAGARPA de México
están en negociación con su contraparte norteamericana para mantener dicho
acuerdo. Pero hay serio temor que los agricultores de Florida ganen. La fecha
crucial es el próximo 7 de noviembre.
LA PRODUCCIÓN DE TOMATE EN MÉXICO
En nuestro país se
produce tomate todo el año en todo el país a cielo abierto con excepción de
algunos estados que tienen heladas durante la ápoca fría que los obliga a usar
invernaderos.
En general el tomate
producido en las entidades del centro y norte que usan riego, alta tecnología y
el sistema de agricultura para la exportación y sus excedentes va al mejor
mercado nacional como la zona metropolitana de la ciudad de México,
Guadalajara, Monterrey, entre otros y es este tomate excedente que regula el
precio nacional del producto.
Mientras el tomate
producido en el resto del país a cielo abierto, con menos tecnología y calidad
es consumido local o regionalmente. Sin embargo recientemente se está ampliando
el uso de malla sombra que permite cosechar un producto de buena calidad que se
envía a ciudad de México para el consumo de esos mercados periféricos al D. F.
y esto está alentando una mayor producción, pero requiere de mayor inversión,
capacitación y tecnología, lo que significa un tomate más caro que el cosechado
a cielo abierto.
Como es de comprender,
el precio nacional del tomate depende del precio fijado por los productores de
exportación y este a su vez, es dependiente del precio y volumen enviado a los
Estados Unidos.
Esto significa que
cuando el precio interno de este país vecino es alto y la exportación también,
entonces los excedentes enviados al consumo nacional disminuyen, lo que
ocasiona que el precio nacional se eleve y a
los tomateros del sur-sureste del país les vaya bien. Caso contrario
sucede cuando nuestro país vecino limita la entrada de tomate y ello provoca
que mayores volúmenes del producto en estados exportadores, se dirijan al
mercado nacional con menores precios obligando a bajar el precio en todo el
país, incluso a dejar de vender el tomate de menor calidad. Es notorio que en
estados como Sinaloa y Sonora, cuando hay excedentes de tomate, lo usan para
alimentar el ganado de engorda en corral porque no le es rentable cosecharlo
para su venta en fresco y prefieren dárselo a su ganado.
Cuando esto sucede, a
los tomateros chiapanecos y otros estados, les va mal y hay muchas quiebras por
la alta inversión y sobre todo por los créditos financiados.
DAÑOS ESPERADOS
México cosecha
anualmente 2.2. millones de toneladas de tomate y de estas exporta 1.3 millones
(59% del total), a los Estados Unidos, generando divisas por 1,800 millones de
dólares, además de ofertar más de 350 mil empleos en su cultivo de gran
importancia para nuestro país por su valor económico y la generación de empleo
y la entrada de divisas.
Este tomate mexicano
llega al mercado del país vecino, fresco y a un menor costo que el ofertado por
los granjeros de este país. Actualmente el precio del tomate en el mercado
norteamericano oscila en 2 dólares la libra (4.4 dólares el kilo equivalente a
$57 pesos/kg).
Por otro lado, las
autoridades y productores de México señalan que de cancelarse el acuerdo
citado, además del daño a los tomateros mexicanos, también los consumidores de
aquel país saldrán perjudicados porque el fruto alcanzará los cuatro dólares la
libra, equivalente a 115 pesos el kilo.
Tal problema de imponer
mayor precio a la exportación del tomate mexicano y con ello restringir la
entrada a EUA, está en sus primeras fases, pero hay temor que este país
mantenga su postura, cancelando el convenio vigente desde 1996. Ello obligará a
nuestro país a recurrir al tribunal establecido dentro del TLCAN, incluso al
correspondiente dentro de la Organización Mundial de Comercio. Hay esperanzas
de ganar ¿y si no?. Pero estas negociaciones llevarán varios años, en tanto la
incertidumbre de los tomateros se mantendrá y los precios del producto tenderán
a la baja.
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