lunes, 12 de noviembre de 2012


ARTÍCULO: EL GOBIERNO FEDERAL PRIORIZA OTROS PROBLEMAS Y OLVIDA LA COMIDA Y LA POBREZA
JORGE VÁZQUEZ GÓMEZ


POSTURA TRADICIONAL

A raíz de los problemas de la delincuencia organizada y el narcotráfico que ha puesto en serio peligro la seguridad de las familias mexicanas, particularmente del centro y norte del país. Es natural que este problema sea atendido con alta prioridad. Nadie lo discute y todos lo apoyamos.

De igual manera durante los últimos meses, las elecciones federales y de algunos estados ocasionó la distracción de los ciudadanos en el proceso, un evento prioritario que costó alrededor de 16 000 millones de pesos, equivalente al presupuesto que gasta SAGARPA en el Procampo, que atiende a tres millones de productores que cosechan el 55% de los alimentos del país. Pero este suceso político ya pasó y tenemos presidente electo.

Otros programas prioritarios como educación, salud, desarrollo social, comunicaciones, entre otros, son también atendidos con cierta eficacia y presumimos de tener la cobertura universal en educación y salud.

Atender tales prioridades es correcto, esto no se discute, pero lo incorrecto ha sido, relegar y hasta menospreciar el problema de la comida de los mexicanos. Esto significa que no se ha atendido eficazmente al campo y a sus productores. La seguridad alimentaria no está en la agenda de prioridades de las autoridades federales y estatales, quienes han perdido el control en la regulación del abasto de alimentos y solo mantienen las riendas de la producción. Tal postura ha ocasionado que no exista reservas estratégicas de comida y que la seguridad alimentaria dependa mas del abasto externo, (importamos el 45%) manejado por las grandes trasnacionales que controlan el comercio mundial y el mercado interno de México.

LA ATENCIÓN AL CAMPO REQUIERE UN ENFOQUE PRODUCTIVO-ECONÓMICO Y NO SOLO SOCIAL

En México, al igual que en países en desarrollo coexisten dos agriculturas, la producción comercial de alto rendimiento y rentabilidad que lo practican el 10% de los agricultores y la pequeña agricultura tradicional de autoconsumo, realizada por el 90% de los productores del país.

Mientras a la primera se le atiende con un enfoque totalmente económico, a la otra se le ve como un problema social. Así, la producción comercial ha crecido en productividad, progreso y como generador de riqueza, la segunda se mantiene estancada acentuando la pobreza y marginación de sus productores y comunidades, y se ha convertido en un lastre para el desarrollo del país. Esto indica que no es el enfoque social la solución para mejorar a la agricultura tradicional minifundista. Pero ello no ha sido entendido así por los funcionarios del sector.

Esto se aprecia al ver que el presupuesto aplicado al desarrollo social de los habitantes y comunidades rurales, caracterizado por una acentuada pobreza, se aplique en una sola bolsa llamada Programa Especial Concurrente (PEC) donde hay recursos destinados a educación, salud, el campo, obras comunitarias, caminos, mejoramiento de la vivienda, entre otros. Por lo tanto, ver a la producción agropecuaria de comunidades campesinas rezagadas como un problema social es un primer error de la política agrícola del gobierno. Así, vemos que en el 2012, se destinaron 267 mil millones de pesos al PEC, de los cuales solo 75 mil se autorizaron al campo, esto es, el 20% del total.

El segundo error, es que dentro de este paquete social, se dan programas meramente asistencialistas, donde se entregan apoyos sin pedir nada a cambio. Esto puede ser correcto en salud, educación, caminos, obra comunitaria (electrificación, drenaje, agua entubada, vivienda, entre otras), pero no para las actividades productivas del campo. Si queremos desarrollar la producción de alimentos de la agricultura tradicional, tenemos que exigir o condicionar mejorías en su rendimiento y productividad.

Y es con este sentido asistencialista, populista y ahora electorero, que se da el Procampo, Progan y otros muchos apoyos asignados al PEC. Y esto ha inducido a que los campesinos sigan produciendo poco, solo para autoconsumo, porque saben que el gobierno les dará mas y ello hace que se vuelvan dependientes de los subsidios oficiales y presionan a las autoridades para que les de más según sus necesidades.

Es más, hay programas como oportunidades que estimulan un mayor número de hijos, porque esto le significa más dinero y es más fácil trabajar en el petate que en la parcela. Esto se aprecia que un campesino con 6 hijos recibe unos $60 mil pesos en el año, equivalente a $5,000.00 mensuales, o sea recibe $20,000.00 en 4 meses, tiempo que lleva cultivar dos hectáreas de maíz que solo le rendirán máximo unos $15,000.00. Además de impulsar familias más numerosas, oportunidades está induciendo que los campesinos estén optando por tener dos o más familias, porque es negocio tener muchos hijos, sin necesidad de trabajar su tierra, ya que tienen ingresos para comprar la tortilla y otros alimentos, en vez de producirlos. Por ello, a mayor subsidio con enfoque social asistencialista no mejoran las condiciones de vida y la pobreza y la población crecen en vez de disminuir como lo demuestran los datos de CONEVAL.

Algunos programas se han dirigido par lograr la mejoría de esta agricultura tradicional, tales como el PESA (Programa Especial de Seguridad Alimentaria) y MAS AGRO. Sin embargo el PESA, con frecuencia, ha sido mal operado y desviado, sin alcanzar sus objetivos a pesar de gastar un millonario presupuesto. MÁS AGRO, apenas inicia, esperemos sus resultados, ojalá que esto funcione bien.

MEJORAR LA PRODUCTIVIDAD DE LA AGRICULTURA TRADICIONAL, LA MEJOR SOLUCIÓN

Bajo el análisis anterior, el Colegio de Ingenieros Agrónomos y la Federación Agronómica de Chiapas, están proponiendo al próximo gobierno estatal una estrategia diferente, ajustado a las condiciones de la agricultura local que se repite en muchos otros estados tropicales de temporal del sur-sureste del país.

1ª ETAPA: PRODUCIR PARA COMER

Esta estrategia se basa en acciones indispensables que han sido relegadas o desviadas en su función:

·  ASISTENCIA TÉCNICA. Ante el fracaso del INCA-RURAL ahora llamado Instituto de Desarrollo de Capacidades, que promueve la capacitación de todo tipo de profesionales supuestamente necesarios para desarrollar la agricultura tradicional donde escasean los agrónomos y veterinarios, bajo la modalidad de despachos agropecuarios, agencias de desarrollo rural y que por lo mismo distorsionaron e hicieron ineficaz este servicio, los agrónomos colegiados proponen rescatar y adecuar el servicio de extensionismo tradicional que por su eficacia se mantiene en otros muchos países donde se ha logrado el desarrollo económico de su agricultura. Un ejemplo Estados Unidos.

Este servicio de asistencia técnica, en su primera etapa, parte de la base de seleccionar y capacitar a los Ingenieros Agrónomos para impulsar la producción y productividad mediante el incremento del rendimiento a bajo precio. Es decir, usar insumos y tecnologías que eleven la producción sin incrementar significativamente su costo. Esto permitiría producir maíz, frijol y otros cultivos a precios competitivos y rentables. Que además de alimentar a la familia campesina, haya excedentes mayores para vender y mejorar el ingreso.

·  USO DE TECNOLOGÍAS E INSUMOS SUSTENTABLES. Es evidente que los mayores insumos para elevar sustancialmente el rendimiento son los agroquímicos, particularmente los fertilizantes. Ellos son la base de las altas cosechas de la producción comercial de alta rentabilidad y competitividad. Poco por su alto costo y los daños ocasionados al medio ambiente, se debe promover el uso de insumos agroecológicos que por su menor precio está al alcance de los campesinos y sin los daños señalados

·  CAPACITACIONES PARA CORREGIR FALLAS. Es necesario capacitar a los productores para manejar el paquete tecnológico a recomendar, que además no es muy diferente a su modo de producir, pero corrigiendo las fallas que impiden el elevar notoriamente el rendimiento de sus cultivos.

Junto a la capacitación, se impulsará la organización con fines de producción y comercialización, eliminando el enfoque político y clientelar, que ha desviado y hasta corrompido este proceso.

2ª ETAPA: PRODUCIR PARA VENDER

Una capacitación para mejorar la producción de sus parcelas es para la segunda etapa “PRODUCIR PARA COMER Y VENDER”. Ésta se dará cuando los productores hayan dominado el primer cambio productivo y se dirigirá a una producción más intensiva con fines de vender mayores excedentes y elevar sustancialmente su ingreso. Esta propuesta se analizará en otra entrega.


 

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