ARTÍCULO: EL GOBIERNO FEDERAL PRIORIZA OTROS PROBLEMAS Y OLVIDA LA
COMIDA Y LA POBREZA
JORGE VÁZQUEZ GÓMEZ
POSTURA
TRADICIONAL
A raíz de los problemas de la
delincuencia organizada y el narcotráfico que ha puesto en serio peligro la
seguridad de las familias mexicanas, particularmente del centro y norte del
país. Es natural que este problema sea atendido con alta prioridad. Nadie lo
discute y todos lo apoyamos.
De igual manera durante los últimos
meses, las elecciones federales y de algunos estados ocasionó la distracción de
los ciudadanos en el proceso, un evento prioritario que costó alrededor de 16
000 millones de pesos, equivalente al presupuesto que gasta SAGARPA en el
Procampo, que atiende a tres millones de productores que cosechan el 55% de los
alimentos del país. Pero este suceso político ya pasó y tenemos presidente
electo.
Otros programas prioritarios como
educación, salud, desarrollo social, comunicaciones, entre otros, son también
atendidos con cierta eficacia y presumimos de tener la cobertura universal en
educación y salud.
Atender tales prioridades es correcto,
esto no se discute, pero lo incorrecto ha sido, relegar y hasta menospreciar el
problema de la comida de los mexicanos. Esto significa que no se ha atendido
eficazmente al campo y a sus productores. La seguridad alimentaria no está en
la agenda de prioridades de las autoridades federales y estatales, quienes han
perdido el control en la regulación del abasto de alimentos y solo mantienen
las riendas de la producción. Tal postura ha ocasionado que no exista reservas estratégicas
de comida y que la seguridad alimentaria dependa mas del abasto externo,
(importamos el 45%) manejado por las grandes trasnacionales que controlan el
comercio mundial y el mercado interno de México.
LA
ATENCIÓN AL CAMPO REQUIERE UN ENFOQUE PRODUCTIVO-ECONÓMICO Y NO SOLO SOCIAL
En México, al igual que en países en desarrollo
coexisten dos agriculturas, la producción comercial de alto rendimiento y
rentabilidad que lo practican el 10% de los agricultores y la pequeña
agricultura tradicional de autoconsumo, realizada por el 90% de los productores
del país.
Mientras a la primera se le atiende con
un enfoque totalmente económico, a la otra se le ve como un problema social.
Así, la producción comercial ha crecido en productividad, progreso y como generador
de riqueza, la segunda se mantiene estancada acentuando la pobreza y
marginación de sus productores y comunidades, y se ha convertido en un lastre
para el desarrollo del país. Esto indica que no es el enfoque social la
solución para mejorar a la agricultura tradicional minifundista. Pero ello no
ha sido entendido así por los funcionarios del sector.
Esto se aprecia al ver que el
presupuesto aplicado al desarrollo social de los habitantes y comunidades
rurales, caracterizado por una acentuada pobreza, se aplique en una sola bolsa
llamada Programa Especial Concurrente (PEC) donde hay recursos destinados a
educación, salud, el campo, obras comunitarias, caminos, mejoramiento de la
vivienda, entre otros. Por lo tanto, ver a la producción agropecuaria de
comunidades campesinas rezagadas como un problema social es un primer error de
la política agrícola del gobierno. Así, vemos que en el 2012, se destinaron 267
mil millones de pesos al PEC, de los cuales solo 75 mil se autorizaron al
campo, esto es, el 20% del total.
El segundo error, es que dentro de este
paquete social, se dan programas meramente asistencialistas, donde se entregan
apoyos sin pedir nada a cambio. Esto puede ser correcto en salud, educación,
caminos, obra comunitaria (electrificación, drenaje, agua entubada, vivienda,
entre otras), pero no para las actividades productivas del campo. Si queremos
desarrollar la producción de alimentos de la agricultura tradicional, tenemos
que exigir o condicionar mejorías en su rendimiento y productividad.
Y es con este sentido asistencialista,
populista y ahora electorero, que se da el Procampo, Progan y otros muchos
apoyos asignados al PEC. Y esto ha inducido a que los campesinos sigan
produciendo poco, solo para autoconsumo, porque saben que el gobierno les dará
mas y ello hace que se vuelvan dependientes de los subsidios oficiales y
presionan a las autoridades para que les de más según sus necesidades.
Es más, hay programas como oportunidades
que estimulan un mayor número de hijos, porque esto le significa más dinero y
es más fácil trabajar en el petate que en la parcela. Esto se aprecia que un
campesino con 6 hijos recibe unos $60 mil pesos en el año, equivalente a
$5,000.00 mensuales, o sea recibe $20,000.00 en 4 meses, tiempo que lleva
cultivar dos hectáreas de maíz que solo le rendirán máximo unos $15,000.00.
Además de impulsar familias más numerosas, oportunidades está induciendo que
los campesinos estén optando por tener dos o más familias, porque es negocio
tener muchos hijos, sin necesidad de trabajar su tierra, ya que tienen ingresos
para comprar la tortilla y otros alimentos, en vez de producirlos. Por ello, a
mayor subsidio con enfoque social asistencialista no mejoran las condiciones de
vida y la pobreza y la población crecen en vez de disminuir como lo demuestran
los datos de CONEVAL.
Algunos programas se han dirigido par
lograr la mejoría de esta agricultura tradicional, tales como el PESA (Programa
Especial de Seguridad Alimentaria) y MAS AGRO. Sin embargo el PESA, con
frecuencia, ha sido mal operado y desviado, sin alcanzar sus objetivos a pesar
de gastar un millonario presupuesto. MÁS AGRO, apenas inicia, esperemos sus
resultados, ojalá que esto funcione bien.
MEJORAR
LA PRODUCTIVIDAD DE LA AGRICULTURA TRADICIONAL, LA MEJOR SOLUCIÓN
Bajo el análisis anterior, el Colegio de
Ingenieros Agrónomos y la Federación Agronómica de Chiapas, están proponiendo
al próximo gobierno estatal una estrategia diferente, ajustado a las
condiciones de la agricultura local que se repite en muchos otros estados tropicales
de temporal del sur-sureste del país.
1ª
ETAPA: PRODUCIR PARA COMER
Esta estrategia se basa en acciones
indispensables que han sido relegadas o desviadas en su función:
· ASISTENCIA TÉCNICA. Ante el fracaso del INCA-RURAL ahora llamado Instituto de
Desarrollo de Capacidades, que promueve la capacitación de todo tipo de profesionales
supuestamente necesarios para desarrollar la agricultura tradicional donde
escasean los agrónomos y veterinarios, bajo la modalidad de despachos
agropecuarios, agencias de desarrollo rural y que por lo mismo distorsionaron e
hicieron ineficaz este servicio, los agrónomos colegiados proponen rescatar y
adecuar el servicio de extensionismo tradicional que por su eficacia se
mantiene en otros muchos países donde se ha logrado el desarrollo económico de
su agricultura. Un ejemplo Estados Unidos.
Este servicio de asistencia
técnica, en su primera etapa, parte de la base de seleccionar y capacitar a los
Ingenieros Agrónomos para impulsar la producción y productividad mediante el
incremento del rendimiento a bajo precio. Es decir, usar insumos y tecnologías
que eleven la producción sin incrementar significativamente su costo. Esto
permitiría producir maíz, frijol y otros cultivos a precios competitivos y
rentables. Que además de alimentar a la familia campesina, haya excedentes
mayores para vender y mejorar el ingreso.
· USO DE TECNOLOGÍAS E
INSUMOS SUSTENTABLES. Es evidente que los
mayores insumos para elevar sustancialmente el rendimiento son los
agroquímicos, particularmente los fertilizantes. Ellos son la base de las altas
cosechas de la producción comercial de alta rentabilidad y competitividad. Poco
por su alto costo y los daños ocasionados al medio ambiente, se debe promover
el uso de insumos agroecológicos que por su menor precio está al alcance de los
campesinos y sin los daños señalados
· CAPACITACIONES PARA CORREGIR
FALLAS. Es necesario capacitar a los
productores para manejar el paquete tecnológico a recomendar, que además no es
muy diferente a su modo de producir, pero corrigiendo las fallas que impiden el
elevar notoriamente el rendimiento de sus cultivos.
Junto a la capacitación, se
impulsará la organización con fines de producción y comercialización,
eliminando el enfoque político y clientelar, que ha desviado y hasta corrompido
este proceso.
2ª
ETAPA: PRODUCIR PARA VENDER
Una capacitación para mejorar la
producción de sus parcelas es para la segunda etapa “PRODUCIR PARA COMER Y
VENDER”. Ésta se dará cuando los productores hayan dominado el primer cambio
productivo y se dirigirá a una producción más intensiva con fines de vender
mayores excedentes y elevar sustancialmente su ingreso. Esta propuesta se
analizará en otra entrega.
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