ARTÍCULO: COMO ATIENDEN
LAS INSTITUCIONES A LA POBREZA
Jorge Vázquez Gómez

El funcionario
que no sabe de mecánica, ni electrónica automotriz, le pide a uno de sus
asistentes que lleve el vehículo a uno de los talleres autorizados. Y este lo
lleva con su amigo el llantero y este que solo sabe su oficio, no quiere dejar
la oportunidad de hacer negocio y le cambia llantas elegantes, con rines de
aluminio de lujo, manda cambiar balatas y le deja buenos frenos y entrega el
carro con su respectivo cobro. El asistente lleva el vehículo, con las fallas
usuales y le dice a su patrón, que el taller no pudo corregirle la falla perlo
lo dejó con buenos frenos y llantas de lujo y está seguro para cuando pueda
desarrollar toda su potencia.
El funcionario
acepta de mala gana pero ante los problemas decide enviarlo a otro taller de la
lista y el asistente ahora lo lleva a un mecánico de motores, este le baja el
motor, le cambia piezas y le hace ajustes, lo monta y lo entrega. Ahora el
carro tiene motor nuevo y revisado en las partes complementarias. Nuevamente
lleva el coche arreglado, que según el mecánico está bien. Pero la falla sigue
y vuelve a enviarlo a otro taller, pero ahora es de hojalatería y allí le
quitan los golpes, lo pintan y lo ponen más bonito y elegante. Como tampoco se
corrigieron los defectos, lo envían al taller eléctrico donde le revisan y
cambian el cableado, el alternador, acumulador, las punterías y le dejan todo
el sistema eléctrico bien. Pero el carro sigue fallando y así sucesivamente con
el taller de afinación, sistema de enfriamiento, las vestiduras, alineación y
balanceo, etc. Total que el carro quedó como nuevo, pero con sus fallas
originales.
Entonces alguien
le dice al funcionario porqué no lo envía al taller donde saben de sistemas
electrónicos y el contesta que no, porque no está en la lista de los
autorizados o porque pertenece a la competencia (otro partido) y no quieren
tratos con él. Bajo esta premisa el vehículo sigue fallando, a pesar del enorme
gasto realizado y el tiempo corrió y tiene que entregarlo a su sucesor.
El funcionario
cuando rinda su informe sobre el coche no tiene más que decir para justificar
el presupuesto gastado que hizo esfuerzos por corregir el fallo, que el
vehículo se mejoró, porque tiene llantas nuevas, está pintado, con vestiduras
nuevas, el sistema eléctrico nuevo, el motor nuevo, etc., pero que el coche
sigue fallando y queda mucho por hacer.
Nunca encontró
la solución porque se hicieron arreglos que no eran los correctos, porque nunca
supieron que tenía y no buscaron el mecánico apropiado y obvio el funcionario
nunca supo ni entendió como funciona un vehículo, cuales son sus partes y quien
es el técnico que sabía del problema y su solución.
LA POBREZA COMO UN AUTOMÓVIL
Ahora imaginemos
a un funcionario (Presidente, Secretario o Gobernador) que designa a sus
colaboradores para conducir a una dependencia que a manera del carro, tiene
fallas. Y el Secretario, desconocedor de su función no conoce el problema de la
pobreza, como funciona, cuales son las causas o partes que lo componen y por lo
tanto no sabe que hacer para corregirla. Hecha a mano de los otros funcionarios
y asistentes que tampoco saben de la
pobreza, englobados en el Programa Especial Concurrente (PEC) porque no tiene
de otra y por ello la pobreza permanece y hasta crece.
Así, se observa
el pensar y actuar de los responsables en cuanto a su comprensión y combate a
la pobreza en México. Al igual que el caso imaginario del carro, la mayoría de
los funcionarios no saben gran cosa de ella y por lo mismo actúan por
ocurrencias y realizan acciones complementarias de ornato, que solo buscan sobrellevar
el problema, pero no lo resuelven porque no saben que hacer. Pero se rehúsan a incorporar
expertos y académicos porque estos no son de su partido, ni aceptan actos
demagógicos, mucho menos engañar a la sociedad. Obviamente no todos los
funcionarios, hay excepciones.
Bajo esta premisa,
la política aplicada busca atender a la pobreza creando programas como
oportunidades, apoyo a la alimentación y educación, agua entubada, drenaje,
mejoramiento de la vivienda, piso firme, caminos rurales, empleo temporal,
seguro popular, apoyo a la tercera edad y otra retahíla de acciones en
agricultura, tenencia de la tierra, economía, de escaso impacto en sus
propósitos, entre otros.
Tales acciones, ciertamente
coadyuvan en aliviar y sobrellevar la pobreza, crean condiciones para
mejorarla, pero no la resuelven de raíz porque no atacan las causas que la
provocan; algunos funcionarios porque las desconocen y otros porque no saben
como hacerlo, tal es el caso de los llamados “ninis”. (ni saben, ni trabajan
con eficacia).
Por ello la
pobreza crece en vez de disminuir a pesar de los multimillonarios presupuestos
anuales asignados vía el PEC.
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