ARTÍCULO: PORQUE LOS ACADÉMICOS, INVESTIGADORES Y
EXPERTOS NO SON POLÍTICOS
Jorge Vázquez Gómez

La política, señalaba, permite la libre discusión de ideas y llegar a un
consenso entre todos los actores políticos. La política une, no divide,
enfatizaba, porque su propósito central es servir a los ciudadanos no servirse
de ellos. Sin embargo, los políticos que solo buscan el poder, el
enriquecimiento, que son proclives a la corrupción, a los cuchupos, la han
pervertido, ahora la política divide en vez de unir y esto daña el avance del
país.
Estos conceptos los volví a oír en voz del Lic. Cesar Augusto Santiago,
quien remachaba que tal perversión de la política ha llegado a tal grado que
los partidos en su afán de acceder o mantener el poder, han olvidado sus
principios e ideologías y se unen con otros diferentes y hasta contrarios. Como
se dice, tratan de mezclar el agua y el aceite. Estas alianzas son ya comunes
ahora. Y esto es el ejemplo de cómo se corrompe la política.
Con estos razonamientos ¿cómo creer en los partidos?. Sin embargo,
concluyó, hay políticos, ciudadanos y partidos, que buscan y hacen una política
correcta en bien del país.
UNA PREGUNTA OBLIGADA
Es notorio, que existiendo en México, sobresalientes investigadores,
reconocidos académicos y expertos que dominan los grandes temas regionales
nacionales o internacionales, no sean llamados a ocupar puestos políticos
claves en las administraciones de gobierno, lo que evidentemente permitiría
tomar mejores decisiones, avanzar más rápidamente en los diversos órdenes de la
vida del país, erradicar la corrupción y la impunidad que ahora tiene
entrampado al país donde los retrocesos y el estancamiento son mayores a los
logros alcanzados.
Es notorio también, que con demasiada frecuencia, los funcionarios
llámense presidentes, secretarios, gobernadores y otros servidores públicos,
con las naturales excepciones, se caracterizan por su desconocimiento, escasas
visiones, proclives de la corrupción y a cometer grandes yerros, por no saber
que hacer como gobierno. Ahora les llaman funcionarios “ninis”, porque ni
pueden, ni saben. ¿Y la pregunta obligada, porqué si hay personalidades más
capacitados, estos no llegan a tales responsabilidades?
LA FORMACIÓN ÉTICA, LA CLAVE.
Durante la formación profesional a nivel licenciatura, deben otorgarse
cursos de ética y valores cívicos y humanísticos como base de su conducta
futura. Antes se daban en preparatoria. La ética para formar ciudadanos rectos,
justos, honrados. Los valores humanos y cívicos para el sentido social, para la
comprensión de la diversidad de pensamientos, conductas, formas de ver la vida,
la pluralidad y el respeto a las instituciones. Si bien hay personas sin profesión
que actúan con mucha ética, son escasos, pero los hay. Porque esta se mama, se
aprende o se hereda, unos más y otros menos.
Pero estos temas han perdido vigencia y ahora no se dan en todas las
licenciaturas, en otras son cursos leves solo para cubrir la currícula. Por
ello, algunos entienden algo de esto y otros nada.
Cuando el profesional toma cursos de maestría y especialmente el
doctorado (de calidad, no patito), se acrecienta el conocimiento sobre la ética
y se le agregan otros más y es la búsqueda de la verdad y de otros valores, los
propósitos centrales de su nivel profesional. Para encontrar la verdad debe
observar y comprender la realidad, realizar las investigaciones requeridas
(experimentos, estudios de caso, ensayos, etc.), recabar y analizar los
resultados y a la luz del conocimiento proponer su verdad mediante cuidadosas
formas de razonamiento.
Esta búsqueda de la verdad debe ser con ética, donde no se acepta
alterar o manipular los resultados aún cuando estos no sean de su agrado o porque
deseaba otros. Lo más que puede hacer es repetir el estudio para asegurarse que
los resultados están bien. Y en este proceso, que suele llevar tiempo, se
enraíza la cultura de la ética y esta se hace norma en su quehacer como científico
o ciudadano común.
Luego entonces, un investigador, académico o experto suele actuar con
apego a la realidad, analizar su situación, imaginarse el futuro (visión) y
proponer sus verdades traducidas en acciones, políticas, programas, enseñanza, etc.
COMO SUELEN ACTUAR LOS
POLÍTICOS
En principio, la gran mayoría de los políticos solo tienen estudios de
licenciatura y a veces ni esto, donde la ética no es su fuerte, algunos ni la
conocen, vean los diputados, senadores, funcionarios, con sus excepciones. Esta
debilidad les permite ajustarse a las condiciones políticas y las exigencias
del jefe en turno y poco les importa si por quedar bien rompen con la legalidad
y alteran la realidad. Su principal rasgo suele ser callar y obedecer, algunos
son eficientes, propositivos y su único fin es ser considerados para ocupar
mejores puestos o al menos mantenerse.
Estos políticos, cuando llegan al poder, frecuentemente no saben que
hacer y actúan por ocurrencias. A la par, suelen rodearse de gente menos
capaces que él para que no le hagan sombra y demuestren su ignorancia,
colaboradores que se ajustan las realidades y verdades a la medida del jefe. Es
conocido el comentario sobre aquel empleado que cuando su patrón le preguntó
que hora es, el respondió, la hora que usted diga señor. Otro caso difundido en
Chiapas fue de un presidente del congreso estatal cuando le preguntaron que si
era cierto que los cocodrilos volaban y este respondió, están locos, no vuelan
¿quién lo dijo?, el señor gobernador le contestaron, entonces reculando
comentó, bueno vuelan pero bajito.
LOS PARTIDOS PRINCIPALES
RESPONSABLES DE LOS MALOS GOBERNANTES
Hay un comentario difundido, que los malos políticos hacen malos
partidos y viceversa. El sistema electoral en nuestro país obliga a que solo
puedan elegir aquel ciudadano que pertenece a un partido legalmente reconocido.
No aceptan candidatos independientes. Por lo tanto solo hay tres sopas en
materia electoral. Esto ha dado como resultado que la elección de un candidato
sea por decisión de unos cuantos y frecuentemente de una sola persona, simulada
bajo un manto de falsa democracia. El elegido en su gran, mayoría, no es la
persona mas capaz, sino aquella que sea fiel y le proteja la espalda a sus
salida y le tape sus corruptelas y yerros y por lo mismo que no sea la ética su
principal rasgo.
El sistema de partido en México se ha degradado, se ha corrompido, ha
perdido credibilidad, es obvio que necesita ser sustituido por otro modelo que cumple
con las expectativa que los votantes esperan de el.
Como esperan que los ciudadanos tengan fe en un partido que apoyó a un
Vicente Fox, ampliamente señalado en los medios por su mediocridad y
frivolidad, cuyos errores los estamos pagando ahora. Como creer en un
funcionario ex secretario de Hacienda que apartándose de la ética, mintió al
país al decir que los problemas financieros recientes (2009) eran solo un
catarrito y que México estaba blindado cuando además del daño económico provocó
que seis millones de nacionales fueran empujados a una mayor pobreza. Como
creer en un partido que cobijó a malos gobernadores como el de Puebla, Oaxaca,
Zacatecas, Querétaro, solo por señalar algunos, que según los medios fueron
ineficientes y/o corruptos. Como creer en los partidos cuyos ex gobernadores,
que al término de su función amasan grandes fortunas y pasearse impunemente,
frente a las grandes y graves carencias que caracterizan al medio rural de sus
estados.
LO QUE DEBERIA SER
Es común que los investigadores, académicos y expertos no sean el
sentido político ni social su principal rasgo. La ciencia y la verdad son
demasiadas frías, precisas, que buscan ser justas, pero no necesariamente
justas en lo social. Algunos de estos expertos así empiezan pero que la
experiencia y el contacto con las realidades suelen volverlos más flexibles
socialmente, pero lo que difícilmente aceptan es romper totalmente con su ética
(con sus excepciones) y por ello suelen no aceptar ni lo servil, la mentira, ni
la demagogia. Algunos se mantienen inflexibles en esto, otros aceptan cierta tolerancia
y los más, prefieren mantenerse lejos de la política cuando ésta ha perdido sus
propósitos para la cual fue creada.
Lo que debiera ser, pero no lo es, es que cada funcionario debería
rodearse de gente capaz que les de propuestas y respuestas que requiere la
realidad de la sociedad, que le de visión hacia donde llevar su administración,
que les de las mejores estrategias para solucionar o prevenir problemas. Sin
embargo, esto suele no darse porque no encaja en la mentalidad de aquellos
funcionarios, que piensan que le ética, la honradez, la verdad son un estorbo.
Su lema, el que no tranza, no avanza.
Ha habido excepciones desde luego, hay gobernantes que han operado con
las mejores gentes a su lado y ello se ha traducido en grandes avances para la
sociedad que gobiernan, México y los estados necesitan ya varios de éstos.
También han existido funcionarios cuya ética ha sido la base de su
quehacer político. La historia menciona a Don Benito Juárez. Deben haber más,
yo conocí a uno: Don Jesús Cancino Casahonda, un político chiapaneco integro a
carta cabal, cuyo decir, compaginaba con su quehacer, cuya ética y honradez
marcó su vida personal y profesional, cuya conducta jamás aceptó ni la
corrupción, ni la impunidad. Si bien estos y otros ejemplos, son solo garbanzos
de a libra, pero que están allí para demostrar que si los hay y que si se
puede.
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