jueves, 30 de agosto de 2012

ARTÍCULO: PORQUE LOS ACADÉMICOS, INVESTIGADORES Y EXPERTOS NO SON POLÍTICOS
Jorge Vázquez Gómez

Decía el Dr. Jesús Cancino Casahonda (qepd) que la política era el mejor medio donde unir la pluralidad de opiniones, experiencias, propuestas, que por ser diversas y hasta contrarias, tienden a separar y confrontar a la sociedad.
La política, señalaba, permite la libre discusión de ideas y llegar a un consenso entre todos los actores políticos. La política une, no divide, enfatizaba, porque su propósito central es servir a los ciudadanos no servirse de ellos. Sin embargo, los políticos que solo buscan el poder, el enriquecimiento, que son proclives a la corrupción, a los cuchupos, la han pervertido, ahora la política divide en vez de unir y esto daña el avance del país.
Estos conceptos los volví a oír en voz del Lic. Cesar Augusto Santiago, quien remachaba que tal perversión de la política ha llegado a tal grado que los partidos en su afán de acceder o mantener el poder, han olvidado sus principios e ideologías y se unen con otros diferentes y hasta contrarios. Como se dice, tratan de mezclar el agua y el aceite. Estas alianzas son ya comunes ahora. Y esto es el ejemplo de cómo se corrompe la política.
Con estos razonamientos ¿cómo creer en los partidos?. Sin embargo, concluyó, hay políticos, ciudadanos y partidos, que buscan y hacen una política correcta en bien del país. 
UNA PREGUNTA OBLIGADA
Es notorio, que existiendo en México, sobresalientes investigadores, reconocidos académicos y expertos que dominan los grandes temas regionales nacionales o internacionales, no sean llamados a ocupar puestos políticos claves en las administraciones de gobierno, lo que evidentemente permitiría tomar mejores decisiones, avanzar más rápidamente en los diversos órdenes de la vida del país, erradicar la corrupción y la impunidad que ahora tiene entrampado al país donde los retrocesos y el estancamiento son mayores a los logros alcanzados.
Es notorio también, que con demasiada frecuencia, los funcionarios llámense presidentes, secretarios, gobernadores y otros servidores públicos, con las naturales excepciones, se caracterizan por su desconocimiento, escasas visiones, proclives de la corrupción y a cometer grandes yerros, por no saber que hacer como gobierno. Ahora les llaman funcionarios “ninis”, porque ni pueden, ni saben. ¿Y la pregunta obligada, porqué si hay personalidades más capacitados, estos no llegan a tales responsabilidades?
LA FORMACIÓN ÉTICA, LA CLAVE.
Durante la formación profesional a nivel licenciatura, deben otorgarse cursos de ética y valores cívicos y humanísticos como base de su conducta futura. Antes se daban en preparatoria. La ética para formar ciudadanos rectos, justos, honrados. Los valores humanos y cívicos para el sentido social, para la comprensión de la diversidad de pensamientos, conductas, formas de ver la vida, la pluralidad y el respeto a las instituciones. Si bien hay personas sin profesión que actúan con mucha ética, son escasos, pero los hay. Porque esta se mama, se aprende o se hereda, unos más y otros menos.
Pero estos temas han perdido vigencia y ahora no se dan en todas las licenciaturas, en otras son cursos leves solo para cubrir la currícula. Por ello, algunos entienden algo de esto y otros nada.
Cuando el profesional toma cursos de maestría y especialmente el doctorado (de calidad, no patito), se acrecienta el conocimiento sobre la ética y se le agregan otros más y es la búsqueda de la verdad y de otros valores, los propósitos centrales de su nivel profesional. Para encontrar la verdad debe observar y comprender la realidad, realizar las investigaciones requeridas (experimentos, estudios de caso, ensayos, etc.), recabar y analizar los resultados y a la luz del conocimiento proponer su verdad mediante cuidadosas formas de razonamiento.
Esta búsqueda de la verdad debe ser con ética, donde no se acepta alterar o manipular los resultados aún cuando estos no sean de su agrado o porque deseaba otros. Lo más que puede hacer es repetir el estudio para asegurarse que los resultados están bien. Y en este proceso, que suele llevar tiempo, se enraíza la cultura de la ética y esta se hace norma en su quehacer como científico o ciudadano común.
Luego entonces, un investigador, académico o experto suele actuar con apego a la realidad, analizar su situación, imaginarse el futuro (visión) y proponer sus verdades traducidas en acciones, políticas, programas, enseñanza, etc.
COMO SUELEN ACTUAR LOS POLÍTICOS
En principio, la gran mayoría de los políticos solo tienen estudios de licenciatura y a veces ni esto, donde la ética no es su fuerte, algunos ni la conocen, vean los diputados, senadores, funcionarios, con sus excepciones. Esta debilidad les permite ajustarse a las condiciones políticas y las exigencias del jefe en turno y poco les importa si por quedar bien rompen con la legalidad y alteran la realidad. Su principal rasgo suele ser callar y obedecer, algunos son eficientes, propositivos y su único fin es ser considerados para ocupar mejores puestos o al menos mantenerse.
Estos políticos, cuando llegan al poder, frecuentemente no saben que hacer y actúan por ocurrencias. A la par, suelen rodearse de gente menos capaces que él para que no le hagan sombra y demuestren su ignorancia, colaboradores que se ajustan las realidades y verdades a la medida del jefe. Es conocido el comentario sobre aquel empleado que cuando su patrón le preguntó que hora es, el respondió, la hora que usted diga señor. Otro caso difundido en Chiapas fue de un presidente del congreso estatal cuando le preguntaron que si era cierto que los cocodrilos volaban y este respondió, están locos, no vuelan ¿quién lo dijo?, el señor gobernador le contestaron, entonces reculando comentó, bueno vuelan pero bajito.
LOS PARTIDOS PRINCIPALES RESPONSABLES DE LOS MALOS GOBERNANTES
Hay un comentario difundido, que los malos políticos hacen malos partidos y viceversa. El sistema electoral en nuestro país obliga a que solo puedan elegir aquel ciudadano que pertenece a un partido legalmente reconocido. No aceptan candidatos independientes. Por lo tanto solo hay tres sopas en materia electoral. Esto ha dado como resultado que la elección de un candidato sea por decisión de unos cuantos y frecuentemente de una sola persona, simulada bajo un manto de falsa democracia. El elegido en su gran, mayoría, no es la persona mas capaz, sino aquella que sea fiel y le proteja la espalda a sus salida y le tape sus corruptelas y yerros y por lo mismo que no sea la ética su principal rasgo.
El sistema de partido en México se ha degradado, se ha corrompido, ha perdido credibilidad, es obvio que necesita ser sustituido por otro modelo que cumple con las expectativa que los votantes esperan de el.
Como esperan que los ciudadanos tengan fe en un partido que apoyó a un Vicente Fox, ampliamente señalado en los medios por su mediocridad y frivolidad, cuyos errores los estamos pagando ahora. Como creer en un funcionario ex secretario de Hacienda que apartándose de la ética, mintió al país al decir que los problemas financieros recientes (2009) eran solo un catarrito y que México estaba blindado cuando además del daño económico provocó que seis millones de nacionales fueran empujados a una mayor pobreza. Como creer en un partido que cobijó a malos gobernadores como el de Puebla, Oaxaca, Zacatecas, Querétaro, solo por señalar algunos, que según los medios fueron ineficientes y/o corruptos. Como creer en los partidos cuyos ex gobernadores, que al término de su función amasan grandes fortunas y pasearse impunemente, frente a las grandes y graves carencias que caracterizan al medio rural de sus estados.
LO QUE DEBERIA SER
Es común que los investigadores, académicos y expertos no sean el sentido político ni social su principal rasgo. La ciencia y la verdad son demasiadas frías, precisas, que buscan ser justas, pero no necesariamente justas en lo social. Algunos de estos expertos así empiezan pero que la experiencia y el contacto con las realidades suelen volverlos más flexibles socialmente, pero lo que difícilmente aceptan es romper totalmente con su ética (con sus excepciones) y por ello suelen no aceptar ni lo servil, la mentira, ni la demagogia. Algunos se mantienen inflexibles en esto, otros aceptan cierta tolerancia y los más, prefieren mantenerse lejos de la política cuando ésta ha perdido sus propósitos para la cual fue creada.
Lo que debiera ser, pero no lo es, es que cada funcionario debería rodearse de gente capaz que les de propuestas y respuestas que requiere la realidad de la sociedad, que le de visión hacia donde llevar su administración, que les de las mejores estrategias para solucionar o prevenir problemas. Sin embargo, esto suele no darse porque no encaja en la mentalidad de aquellos funcionarios, que piensan que le ética, la honradez, la verdad son un estorbo. Su lema, el que no tranza, no avanza.
Ha habido excepciones desde luego, hay gobernantes que han operado con las mejores gentes a su lado y ello se ha traducido en grandes avances para la sociedad que gobiernan, México y los estados necesitan ya varios de éstos.
También han existido funcionarios cuya ética ha sido la base de su quehacer político. La historia menciona a Don Benito Juárez. Deben haber más, yo conocí a uno: Don Jesús Cancino Casahonda, un político chiapaneco integro a carta cabal, cuyo decir, compaginaba con su quehacer, cuya ética y honradez marcó su vida personal y profesional, cuya conducta jamás aceptó ni la corrupción, ni la impunidad. Si bien estos y otros ejemplos, son solo garbanzos de a libra, pero que están allí para demostrar que si los hay y que si se puede.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario