ARTÍCULO: NO HAY MARCHA ATRÁS EN LA SIEMBRA DE TRANSGÉNICOS,
DICE SAGARPA.
Jorge Vázquez Gómez
BREVE
HISTORIA.
A finales del siglo pasado aparecieron los primeros
cultivos transgénicos, como el tomate Flavor
Savr y Endlers Summer, el maíz BT Star Link, la cánola innovator entre
otros varios cultivos genéticamente modificados.
Algunos tuvieron éxito como el maíz, pero otros como el
tomate y la cánola fracasaron en su siembra en campo, otros como la soya
transgénica a partir de un gen de la nuez de la india provocó intoxicaciones a
quienes lo consumieron. En otros cultivos como en la petunia del color rojo de
los pétalos cambió y disminuyó su fertilidad y el salmón transgénico de rojo se
tornó verde y debido a su rápido crecimiento se volvió depredador de las
especies que constituyen su alimento y ello ocasionó la desaparición de otros
peces que se alimentaban de lo mismo.
Los cultivos transgénicos emergieron, según la
propaganda de sus dueños, como una opción necesaria para producir los alimentos
del futuro. Para impulsar su cultivo, dichas trasnacionales utilizaron
diferentes estrategias diciendo medias verdades y hasta alternando resultados,
1. Los presentaron como los cultivos salvadores del mundo, 2. Que producirán
alimentos baratos, que además de ponerlos al alcance de todos, permitiría sacar
de la pobreza a sus cultivadores, 3. Que podían producir en condiciones donde
las especies tradicionales fracasaban, 4. Que producían alimentos de alta
calidad alimentaria, 5. Que incrementarían notoriamente la producción al rendir
más por hectárea, 6. Que se requerirá menos inversión ya que producen sus
propias defensas contra plagas, algunos aspectos son ciertos, la mayoría no.
Sin embargo, jamás dijeron que tales plantas
genéticamente modificadas traían riesgos aparejados: 1. La posibilidad de dañar
al consumidor, 2. Que poseen el gen terminator, que hace estéril a la semilla y
ello obliga a comprar a las empresas transnacionales dueños de la patente, la
semilla fértil que se tenga que sembrar y esta dependencia será de por vida, 3.
Que al sembrarse en el campo contaminarán a otros cultivos haciéndolos
estériles y en el largo plazo dejarán de existir las variedades criollas que
son la base del mejoramiento genético tradicional mendeliano. 4. Que el costo
de la semilla es caro, fuera del alcance de los pequeños productores y lo es
más porque venden el paquete completo (semilla, agroquímicos y tecnología) 5.
Los transgénicos tienen dueño y que quien los siembre sin pagar el costo de la
patente, es un delincuente y puede ir a la cárcel, 6. Que conlleva el riesgo de
que los genes modificados produzcan, a la larga, reacciones y enfermedades no conocidas en los
consumidores. 7. Que las transnacionales son capaces de mentir y falsificar sus
resultados con tal que compren y siembren su semilla como se dio en Europa lo
que motivó la prohibición de su cultivo, 8. Que no son éticos en su trato con
tal de hacer negocios. 9. Que los que buscan es adueñarse del mercado mundial más
que resolver el problema de la alimentación y la pobreza como dice su
propaganda.
MÉXICO
EN LA MIRA.
Los transnacionales dueños de los cultivos
genéticamente modificados están conscientes que nuestro país es un gran mercado
para hacer negocios. Esta condición se debe a lo siguiente: 1. Tiene una
población de 108 millones de habitantes y para el 2040 seremos 130 millones, 2.
Es un gran consumidor de alimentos donde sobresale el maíz, 3. Es deficitario
en muchos cultivos básicos que lo obliga a importar el 45% de sus alimentos que
consume, sobresalen 10 millones de toneladas de maíz, 3 millones de trigo, 6
millones de soya, solo por señalar algunos. 4. El mercado potencial de maíz
llega ahora a 33 millones de toneladas y llegará en el 2030 a 40 millones (sin
contar su uso en etanol), a esto se suman el trigo, soya, arroz, 5. México es
altamente dependiente en la agro exportación de hortalizas y legumbres cuyos
cultivos son parte de la estrategia de mejoramiento transgénico, 6. También
nuestro país depende de la exportación del petróleo para generar los dólares
para comprar sus alimentos en el extranjero y este combusteolo se agota y no
habrán dólares para importarlo, 7. La política agrícola oficial ha decidido que
es preferible importar que producir y ello ha desestimulado la producción
nacional de cultivos en general incluyendo a los estratégicos, 8. Conceptos
fundamentales como autosuficiencia y soberanía alimentaria y mantener reservas estratégicas
de alimentos, han perdido importancia y poco les preocupa a los funcionarios en
turno.
PRESIONES
A MÉXICO PARA SEMBRAR TRANSGÉNICOS.
Siendo nuestro país un mercado grande y apetitoso, las
transnacionales dueñas de los transgénicos han utilizado diversos medios para presionar
a las autoridades que permitan su cultivo en México. Estos medios aplicados
son: 1. Acorralar a funcionarios de SAGARPA, SEMARNAT y académicos para
autorizarlos, señalando que sin estos cultivos genéticamente modificados
nuestro país jamás saldrá del subdesarrollo y de la insuficiencia alimentaria,
en otras palabras estos cultivos son la única solución, 2. Resaltar sus
ventajas y éxitos en otros países, trayendo agricultores que según ellos los
transgénicos son la maravilla del mundo, son inocuos y rentables como ha
sucedido con productores de Honduras, 3. Han dejado que estos maíces crucen
ilegalmente la frontera de EUA y también ilegalmente se hayan cultivado en
Chihuahua y Oaxaca aprovechando la porosidad de dicha frontera, 4. Han
realizado una amplia propaganda nacional acusando a las autoridades, primero de
no permitir su siembra experimental en el norte del país, una vez logrado esto,
ahora insisten en que se autorice la siguiente fase que es la siembra piloto en
tierras abiertas al cultivo, también en los estados del norte, alegando los
excelentes resultados obtenidos en la fase experimental, 5. Han recurrido
también, usando a los productores maiceros de Sonora, Sinaloa, Tamaulipas y el
Bajío, para que presionen argumentando que están perdiendo dinero, mercados y
competitividad en relación con su contraparte de otros países que ya siembran
transgénicos, 6. Resaltan que los nuevos cultivos además de resistentes a
plagas serán también resistentes a sequía, suelos ácidos, suelos poco fértiles
y mejores calidades alimenticias, 7. Alegan también que sin transgénicos México
no entrará en forma importante y competitiva en la producción de
biocombustibles (etanol con maíz y sorgo y biodiesel con soya, cánola y otras
oleaginosas) para su consumo interno y la exportación.
Para esto utilizan a Agrobio México, filial de Mosanto,
la principal productora y dueña de los transgénicos, que continuamente lanza
señalamientos por la tardanza de los procesos que la ley de Bioseguridad tiene establecidos
y ello retrasa su siembra comercialmente en todo el país, quien inclusive ha
amenazado que si no se autorizan, esta empresa dejará de invertir millones de
dólares en México por no permitir su cultivo.
MÉXICO
DOBLA LAS MANOS.
Ante tales presiones y ante la falta de eficacia de
los programas oficiales de impulsar la producción de alimentos en el país, en
octubre de 2009 se autorizó la siembra experimental de maíz transgénico en
Sonora y Sinaloa bajo condiciones controladas, lográndose resultados favorables
algo que ya se esperaba, ahora piden su siembra en pruebas piloto en tierras
comerciales, que las autoridades todavía no autorizan.
Ante el avasallamiento de las empresas por sembrar
abiertamente cultivos transgénicos en México, particularmente maíz; solo los
investigadores y académicos de la agricultura y la ecología han elevado sus
voces para evitar tal autorización a sabiendas del riesgo que esto significa,
no solo en su posible riesgo en la salud de los consumidores y de la fauna
nativa sino también en el daño que ocasionará en la desaparición de las
semillas nativas que en nuestro país abundan y en la dependencia que los
campesinos tendrán al comprar ciclo tras ciclo, año tras año de la semilla
transgénica y su tecnología para producir su comida.
A estas empresas en nada les preocupa que desaparezcan
el maíz zapalote para totopo, para pozole, el azul para clacoyos, el reventón
para las palomitas, el rojo para neutriceúticos entre otros.
Los altos rendimientos de maíces mejorados en forma
tradicional (27 t/Ha) obtenidos en Iowa, EUA, demuestran que no son indispensables
los transgénicos. Recientemente investigadores del Poli (IPN) y del INIFAP
dieron a conocer un maíz resistente a sequía logrado vía mejoramiento genético
mendeliano, que además presenta buenos rendimientos, 8t/Ha en promedio.
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