lunes, 20 de agosto de 2012


ARTÍCULO: LOS HURACANES BENÉFICOS PARA UNOS DAÑINOS PARA OTROS
Jorge Vázquez Gómez


Todos los años, en esta época lluviosa, renace la esperanza o el temor sobre la presencia de los huracanes o ciclones (en china le llaman tifones) que puedan azotar costas mexicanas.

Para muchos el paso de un ciclón significa desastres, inundaciones, deslaves, devastadoras crecientes de ríos, pérdida de cosechas, casas y hasta de vidas. Todavía está presente en la memoria de muchos los efectos destructivos del Stan, Olaf, Micht en la costa de Chiapas, efectos que llegaron a la parte central ocasionando inundaciones en Tuxtla. También aun está fresca en el recuerdo la impresionante inundación de Nueva Orleans, EUA por la llegada del huracán Kathrina en el 2005. Ahora vemos los efectos devastadores de tifones en Asia como China, Filipinas, solo  por señalar algunos más recientes.

Los chiapanecos nunca olvidaremos los grandes deslaves y daños del huracán Olaf que incluso sepultó la comunidad entera de Valdivia en Pijijiapan con muerte de personas.

LOS BENEFICIOS

A la par de posibles daños señalados, también son para otras regiones  y productores, una bendición porque los huracanes dejan una gran humedad residual que asegura mejores cosechas al menos por un año.

En México, el sistema de presas hidráulicas que riegan varios millones de hectáreas, se llenan al máximo cuando las lluvias producidas por los ciclones caen sobre las cuencas que las abastecen. Y esto se comprueba cuando hay ausencia de huracanes en el pacífico (Sonora y Sinaloa) y en el Golfo (Tamaulipas), las presas bajan su nivel y ponen en riesgo las siembras bajo riego de estas regiones importantes productoras de cultivos y cosechas para el consumo nacional y la exportación.

También los huracanes benefician otras grandes áreas alejadas de su centro porque sus vientos empujan enormes masas de nubes cargadas de agua que llevan lluvias a más de 500km de su centro, donde dejan humedad  y recargan los acuíferos de donde se extrae agua para riego y/o consumo de los habitantes locales y a la vez dan vida a los ríos.

Este efecto benéfico de los huracanes completa la acción de la lluvia normal que cae cada año. Así, el régimen lluvioso de una región se debe tanto al ciclo normal de lluvias más el inducido por los ciclones, cuando sus efectos se presentan. Hay lugares donde solo el temporal hídrico es más que suficiente y el agua de los huracanes solo los agrava en sus daños como es el caso de Tabasco, pero hay otros que solo tienen agua suficiente para su siembra si hay lluvias causadas por los ciclones como sucede con la parte semiárida del centro y norte del país. Para esta gran región los huracanes suelen ser una bendición.

Este año en Chiapas y en el sureste las lluvias provocadas por el Huracán Ernesto acortaron la duración de la canícula y con ello se presagia buena cosecha de maíz y frijol.

COMO SE FORMA UN HURACÁN

Un ciclón se forma a partir de una alteración de la presión atmosférica de un lugar. Por varias causas, se da una modificación de la presión del aire de una zona  grande o pequeña, que provoca la formación de un centro de alta presión (con aire siempre más frío y más húmedo) y a la par se forma otro centro de baja presión (con aire siempre más caliente y seco).

Como la atmosfera se comporta como un todo, trata de corregir esta anomalía y busca regular o equilibrar su presión y temperatura. Para esto los centros de alta presión envían masas de aire más fríos y húmedos hacia los centros de baja presión para normalizar la presión atmosférica. Pero este traslado del aire da origen a los vientos. Si la diferencia de presión entre ambos centros es pequeña, los vientos serán suaves como las brisas del mar. Pero si la diferencia es muy grande, los vientos serán intensos tipo trombas o huracanados. Sin embargo, el aire (viento) que llega a los centros de baja presión suele penetrar en forma de espiral y con ello le impone un movimiento interno, tipo circular que provoca un desplazamiento dando origen al remolino que empieza a caminar en forma errática sobre la superficie del suelo siempre buscando el lugar que tenga la más baja presión atmosférica. Si el remolino choca con árboles, montañas, casas u otros obstáculos, se deshace y allí termina. Pero si la tierra es plana, sin nada que lo detenga, entonces comienza a crecer, adquiere mayor velocidad de sus vientos y se desplaza mas rápidamente en su recorrido, como se da en las grandes planicies de Estados Unidos y Argentina formando los tornados que solo producen intensos vientos pero no lluvia.

PORQUE SUELEN FORMARSE EN EL MAR

Si el remolino se forma en el mar donde no hay nada que lo detenga entonces crece intensamente y sus vientos alcanzan velocidades superiores a 100 km por hora y como se desplaza sobre agua absorbe altas cantidades de líquido que los transporta a grandes distancias provocando las intensas lluvias ciclonales, características.

Si los vientos son inferiores a 120 km/hora se le llama tormenta tropical, si son mayores entonces se le denomina huracán categoría uno, hasta la categoría 5, la más intensa en la escala Safir-Simpson.

Ahora bien, la gran mayoría de los ciclones se forma en la franja tropical del mundo, porque aquí el agua siempre es cálida y el aire que se estaciona sobre mar también está ligeramente más caliente y basta que se formen grandes masas de nubes, que al producir sombra, hacen que dicho aire se enfríe alterando la presión atmosférica desencadenando los procesos señalados arriba hasta formar los huracanes.

A partir de aquí, si los huracanes están cerca de continentes, suelen dirigirse hacia ellos porque generalmente el aire estacionado sobre tierra siempre está más caliente que el aire del mar y se transforman en grandes centros de baja presión que actúa como un imán que atrae a los ciclones. Si la tierra continental está deforestada o semidesértica, su aire está mucho más caliente en relación al mar y que puede decirse, jala al ciclón.

Para el caso de nuestro país, la presencia de la Sierra Madre Oriental hace que los huracanes dejen la mayor parte de las lluvias sobre la costa del Golfo, particularmente Veracruz, Tamaulipas y Tabasco. A la par, la sierra Madre Occidental induce un efecto semejante provocando fuertes lluvias sobre la costa del pacífico, del sur de Sinaloa hasta Chiapas.

Ambas serranías suelen evitar que los efectos directos de los ciclones lleguen al centro del país, donde solo producen lluvias moderadas a intensas pero sin los vientos intensos característicos.

Cuando los ciclones chocan con ambas serranías se debilitan y luego se destruyen y allí terminan, pero su efecto lluvioso se mantiene por pocos días incluso en zonas alejadas, que pueden llegar hasta las regiones semiáridas del país como Sonora, Chihuahua, Durango, Nuevo León, entre otros estados, mejorando la humedad del suelo.

Lo anterior explica, en parte, porque México es un polo atractivo para la llegada de huracanes. En principio porque es una gran región con tierra firme en relación con Centroamérica que es  más pequeña y más arbolada y luego estamos dentro de la franja tropical donde se forman los ciclones. A esto hay que sumarle las amplias zonas deforestadas y semidesérticas que calientan aún más el aire que se estaciona en nuestro país que lo transforman en un gran centro continental de baja presión hacia donde se dirigen los huracanes. Así que, en la medida que deforestemos (y los programas de reforestación sean puro atole con el dedo), los ciclones serán numerosos e intensos tal como se pronostica para este año y en el futuro.





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